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Una poesía proyectada en lo universal *

por Edouard J. Maunick

Edouard J. Maunick, 1992.

Edouard J. Maunick, 1992.

La poesía de Aco Šopov, profundamente enraizada en su tierra macedonia está; en igual medida, proyectada hacia lo universal. Es de esa estirpe de poetas cuya mirada, fiel al campo que abraza intramuros, no deja sin embargo nada librado al azar. Su visión es cuidadosa y detallista. Pero, debido a la voluntad de ampliar el campo inmediato,  que adivina portador de otros brotes aptos para un injerto feliz, agudiza la mirada para penetrar el horizonte. En otras palabras, conduce el poema antes de que sea el poema quien lo conduzca, como suele ocurrir, lamentablemente, con tantos escritores de todo el mundo, más preocupados por la literatura como literatura que por la literatura al servicio de lo esencial: el viaje del hombre en el planeta Tierra desde el nacimiento hasta la muerte (…)

Aco Šopov, por su parte, aclimata palabras e imágenes. Ordena su cadencia según la necesidad de la hora, dependiendo de las circunstancias, nómada del murmullo al grito,  de la quietud a la turbulencia, con rara maestría.

Traducido del original macedonio a otros idiomas de más amplia o menor comunicación, su poesía, de acuerdo con el inevitable traduttore traditore pierde por cierto su riqueza primera. Ello no obsta a que el ejercicio permita tanto a poetas como a lectores extranjeros arrimarse a la isla Šopov para descubrir una soledad poblada de presencias locuaces y proféticas:

Quién se instala invisible en mí
y enciende un fuego secreto,
que demolió el muro de la sangre
que me lleva el oído,
que me enajena la vista,
¿quién, obstinado, poco a poco me asedia,
quién, pues, invisible dispone de mí?

¿Quién ha borrado con mano leve
todas las cercanías
todos los alrededores,
que nos ha infligido este noser
para que yo sea árbol,
para que tú seas poema?

y una apertura en la que todo individuo, toda comunidad, todo idioma, toda cultura, todo pueblo librado a sí mismo, empequeñecido, recogido sobre sí mismo, se marchita y se esteriliza.

La palabra maestra en la poesía de Šopov es la palabra solidaridad, solo sésamo en este fin de siglo y sobre todo en el amanecer del que se aproxima. Solidaridad con las personas y las cosas (…) a través de una obra destinada a su constante e infinito descubrimiento pues cuenta con cajones secretos en los que hallar respuestas a nuestros interrogantes. Pero también cuestionamientos nuestras respuestas.
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* Extracto de un texto escrito en Skopje en abril de 1992, con motivo de la conmemoración del décimo aniversario de la muerte de Aco Šopov. El texto completo se publicó en francés como epílogo de la Antología personal (1994) con el título «Un silencio que ilumina».

Para escuchar a Edouard J. Maunick (en francés) en la Antología personal de Aco Šopov, en 1994, haga clic aquí.

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